Se ha hablado últimamente de la "marca" España, como si nuestra nación estuviese en venta, cuando lo que están en venta son nuestros productos y nuestros servicios turísticos, que no es lo mismo. ¿Es que la crisis económica nos ha rebajado tanto que ahora sólo nos preocupamos de vender? España, ¿no es otra cosa que una enorme empresa mercantil?
Yo prefiero hablar del Proyecto España, que se parece más a nación española; porque cualquier pueblo que se precie sabe que es algo más que un "producto en venta". Y, además, el proyecto español ya era un proyecto global cuando todavía no se habían inventado las telecomunicaciones.
Hay que retomar el proyecto España, pero siendo muy conscientes que la grandeza de la nación española no proviene específicamente de la bondad de sus gentes, ni de su capacidad económica, ni de la iniciativa de sus investigadores, ni de la importancia y variedad de sus creaciones artísticas y culturales –que de todo esto tiene y mucho- ni siquiera de la simple amalgama geográfica de sus pueblo; sino que su grandeza se deriva de haber sabido extender la concepción social cristiana por todo el orbe, haber sido la nación que hizo que a Occidente se le conociese durante siglos como “la Cristiandad”; y ésta fuese envidiada por todas las demás culturas.
España volverá a ser una nación grande e influyente en la medida en que retome este proyecto. Pero en la actualidad estamos muy lejos de hacerlo, ya que llevamos décadas caminando en el sentido opuesto: España será una de las naciones más culpables en la desintegración de Occidente por haber ayudado activamente a socavar sus cimientos, pudrir sus raíces cristianas: y Occidente (la Cristiandad) dejará de existir cuando el Cristianismo sea erradicado de su sociedad.
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