Presentación

Con este blog pretendo mostrar a los lectores las soluciones que -a mi parecer- aporta el cristianismo a los problemas y retos sociales actuales. He querido denominar SOCIALCRISTIANISMO al conjunto de soluciones concretas que aquí se van a proponer, para diferenciarlas de otras propuestas que también puedan inspirarse en el cristianismo. Pero quiero aclarar desde el principio que no se trata de un "socialismo cristiano", sino un "cristianismo social".
Como propuesta política que és, debe comenzar por regenerar la corrompida democracia occidental; y empezar por describir el marco político que debe regir una auténtica democracia.

8 de marzo de 2011

Relaciones laborales


En cuanto a las relaciones laborales, el Socialcristianismo exige salarios y condiciones de trabajo dignas, tratando de equilibrar los derechos y deberes del empleado y el patrón. Pienso que es más importante asegurar una buena relación laboral mientras se está desempeñando el trabajo, que proteger a los trabajadores con fuertes indemnizaciones por despido. Este sistema, que es el que se sigue en España, nos ha llevado a tener siempre el doble de tasa de desempleo que los demás países occidentales. Esta equivocada protección disuade a las empresas de contratar trabajadores salvo cuando no les queda otro remedio; e incita a los empleados con más antigüedad a reducir su rendimiento, ya que tienen el puesto asegurado. Y, en cualquier caso, reduce la movilidad laboral, ya que los trabajadores no quieren renunciar a la antigüedad que les proporcionaría importantes indemnizaciones en caso de despido.
Un sistema más justo y efectivo sería retribuir el trabajo teniendo en cuenta la productividad, permitiendo a la plantilla participar en el beneficio que ha ayudado a conseguir, y completando con un sistema de pensiones o desempleo que dependiese de la vida laboral total, no de la antigüedad en una empresa concreta. De esta forma, el trabajador que no haya consumido subsidios de desempleo verá mejorada su pensión de jubilación. El mayor coste para las empresas queda paliado con la seguridad de que el coste se produce mientras el trabajador está rindiendo, sin el miedo actual a no poder reestructurar plantilla (o despedir a un trabajador vago) porque la antigüedad le supone un coste inafrontable. 
Por supuesto, las autoridades velarán para erradicar toda explotación laboral o abuso de posición dominante; y deberán vigilarán estrechamente las medidas de seguridad e higiene. 
El derecho a la huelga es importante para el trabajador, pero nunca podrá conculcar los derechos fundamentales de los demás ciudadanos o trabajadores. Por lo tanto, la huelga no podrá ejercerse de forma que se perjudiquen los derechos esenciales de los ciudadanos; en los casos en los que el establecimiento de los servicios mínimos no sea viable, el conflicto se deberá resolver mediante un procedimiento de arbitraje. Los sindicatos no podrá apoyar su acción laboral en el chantaje o intimidación de otros ciudadanos o trabajadores.
La acción sindical irresponsable será causa de la ilegalización del sindicato, paralelamente con lo que ocurre con los partidos políticos.

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