Presentación

Con este blog pretendo mostrar a los lectores las soluciones que -a mi parecer- aporta el cristianismo a los problemas y retos sociales actuales. He querido denominar SOCIALCRISTIANISMO al conjunto de soluciones concretas que aquí se van a proponer, para diferenciarlas de otras propuestas que también puedan inspirarse en el cristianismo. Pero quiero aclarar desde el principio que no se trata de un "socialismo cristiano", sino un "cristianismo social".
Como propuesta política que és, debe comenzar por regenerar la corrompida democracia occidental; y empezar por describir el marco político que debe regir una auténtica democracia.

23 de febrero de 2011

El Derecho a la vida

Es cierto que en la mayor parte de Occidente se ha abolido la pena de muerte, ya que es un medio desproporcionado de legítima defensa en Estados que cuentan con otros muchos medios de garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Tasmbién es cierto que cada vez se valora más la vida de los ciudadanos y se destinan medios médicos enormes para mantener dicha vida.
Pero, simultáneamente, se está extendiendo una ideología de la muerte que aboga por la eliminación de todas aquellas vidas que dichos ideólogos consideran inútiles.
De esta forma, el derecho a la vida se elude con respecto a aquellós que dependen de otros para mantenerse en la existencia: desde el nasciturus, hasta el anciano o el discapacitado. Parecería que la dignidad de la vida dependiese de su calidad de vida; y que ésta calidad se midiese en grados de utilidad social y placer propio. Esta concepción utilitarista de la vida humana en diametralmente opuesta al concepto de dignidad intrínseca que proclama la Declaración de Derechos Humanos en su artículo tercero:
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Por lo tanto, proponemos una legislación que proteja la vida humana, cualesquiera que sean sus circunstancias, desde el momento mismo de la concepción hasta la muerte natural; rechazando expresamente el aborto, el suicidio, la eutanasia y la pena de muerte.

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