Presentación

Con este blog pretendo mostrar a los lectores las soluciones que -a mi parecer- aporta el cristianismo a los problemas y retos sociales actuales. He querido denominar SOCIALCRISTIANISMO al conjunto de soluciones concretas que aquí se van a proponer, para diferenciarlas de otras propuestas que también puedan inspirarse en el cristianismo. Pero quiero aclarar desde el principio que no se trata de un "socialismo cristiano", sino un "cristianismo social".
Como propuesta política que és, debe comenzar por regenerar la corrompida democracia occidental; y empezar por describir el marco político que debe regir una auténtica democracia.

17 de febrero de 2011

Máximo bien común

Se debe tratar de trasladar a toda la sociedad el interés porque la acción política logre el mayor bien común posible. La sociedad debe estar en condiciones de exigir a cada grupo político y social la renuncia a alcanzar el máximo nivel de sus objetivos, si esto fuese necesario para lograr un mayor bien común. Muy habitualmente, el interés extremo de un grupo está alejado del mayor bien común de todos, de forma que hay un límite más allá del cual las legítimas reivindicaciones pueden atentar contra el bien común. Esto se pone de manifiesto con frecuencia en las reivindicaciones laborales respaldadas por huelgas salvajes; o en las estrictas normas impuestas por la SGAE con respecto al canon digital (1). Ya sé que parecerá un objetivo algo ingenuo; pero no cabe duda de que si todos los grupos cediesen parte de sus últimas reivindicaciones, esto redundaría en un mayor bienestar social y el máximo bien común sería alcanzable. 
Por supuesto, el objetivo del bien común no se puede perseguir a costa de anular ninguno de los derechos fundamentales del hombre como individuo o como ciudadano. En aquellos casos en los que se ha ignorado la dignidad individual para lograr el "paraíso social", lo único que se ha conseguido es convertir la sociedad en un "infierno colectivista".
Tampoco podemos caer en el peligro contrario: pensar que el bien común se logrará fomentando el egoísmo personal de todos, implantando un liberalismo radical. Tenemos ahora un ejemplo dramático de esto: la crisis económica que azota a Occidente es hija del liberalismo financiero que ha imperado en las últimas décadas.
Y, por supuesto, siempre es mejor perseguir el bien -por muy pequeño y remoto que aparezca-, que optar por el menor de los males. Esta excusa del "mal menor" es lo que ha permitido a tantos políticos mediocres perpetuarse en un sistema de bipartidismo, que ha terminado por secuestrar la democracia.

"La dignidad humana es un valor intrínseco de la persona creada a imagen y semejanza de Dios y redimida en Cristo. El conjunto de las condiciones sociales que permiten a las personas realizarse colectiva e individualmente es el bien común(Benedicto XVI, Discurso, mayo 2008). "

(1) Me refiero a la recaudación indiscriminada de los derechos de autor por la compra de dispositivos susceptibles de realizar copias, aunque el destino real de los mismos no se haya comprobado.

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